Páginas
RECURSOS COMPARTIDOS PARA LAS COMUNICACIONES CRISTIANAS
viernes, 3 de septiembre de 2010
Almagro en debate: "Medios de comunicación y democracia"
Participarán como invitados, Glenn Postolski (Director de la carrera de Ciencias de la Comunicación social, UBA; participante de la redacción de los 21 puntos base de la actual Ley de Medios), Pastor Carlos Valle (integrante del Comité Nacional de Comunicaciones de la Iglesia Metodista, ex presidente de la Asociación Mundial para las Comunicaciones Cristianas) y Tato Contissa (periodista y docente). Modera Julio Moyano (docente de grado y posgrado UBA, UNLa y UCES).
miércoles, 1 de septiembre de 2010
El desafío de crear una web de la congregación
Soy un cristiano metodista de toda la vida, empecé en la iglesia de Barracas en la calle Vieytes, que luego se unió con la presbiteriana y fuimos a la calle Santo Domingo. Cuando esa iglesia se vendió, nos desparramamos por varios lados, algunos dejaron la fe. Ya casado y con familia, alejado de la iglesia, tuve la visita de hermanos de la iglesia de Lanús Este, a 1 cuadra de mi casa. Empecé a asistir de compromiso, luego fue mi familia y más tarde mi hermana con su esposo. Después de muchos años, recalamos en Lomas de Zamora Centro. Al año ya estaba en la junta, y con algunas vacaciones, hasta el día de hoy.
Hemos abierto el templo días por la tarde, reuniones especiales, reparto sistemático de folletos, etc. Todo lo que sabíamos y podíamos usar para llevar la palabra de Dios a otras personas. Unos 6 años atrás apareció la idea de la página web ¿Pero quién la hacía? Pasaron los años pero los intentos de iniciar la página no se concretaban; hasta que un día en una reunión familiar, mi nieta, en ese entonces de 18 años, ningún acercamiento con la iglesia, me dijo que podía tratar. Con los conocimientos y la facilidad que tienen los jóvenes de manejar la computadora, y los que adquirió investigando y aprendiendo a usar los programas necesarios, empezó los primeros borradores. El pastor Pablo Andinach nos hizo la bienvenida para el inicio. Fuimos decidiendo qué secciones agregarle a la página, buscando el material para poner en cada una, y el sitio empezó a tomar forma. En la Semana Santa de este año la subimos a Internet, comunicando a hermanos, parientes, conocidos, la modestia de la página.
Todavía le seguimos dando forma (tenemos huecos sin llenar). Nuestra congregación tiene mucha gente mayor, que no posee computadora, o que desconoce por completo del tema. Por eso el grupo de trabajo, lo formamos mi hija Sandra, mi nieta Nadin y yo. Nos comunicamos toda novedad y resolvemos cómo comunicarla en la página, asistimos (todos) al culto y reuniones, donde sacamos fotos y realizamos pequeñas crónicas para compartir con nuestros lectores, etc. Intentamos actualizarla al menos una vez por semana, lo que implica tiempo y fundamentalmente el deseo de llevar a cabo algo en lo que muchos soñamos.
El mayor obstáculo fue encontrar quién la hiciera, lograr el interés de la junta en algo que era desconocido para muchos; pero que sentíamos podía llegar a ser un nuevo medio para compartir la palabra del Señor. Y también nuestra propia ignorancia sobre el tema, pero que fue superada con estudio y buena voluntad.
Para los que desean hacer una, les decimos no arruguen ante los contratiempos, las posteriores alegrías son mucho más importantes.
Bendiciones para todos.
Walter Zambrano
74 años
Vicepresidente
Junta Directiva de Lomas Centro
miércoles, 11 de agosto de 2010
Televisión más popular, plural y libre
El diario Página 12, publicó el 11 de agosto un interesante aporte para continuar con la discusión acerca de la construcción de la realidad mediática a partir de la nueva Ley nacional.
Hacia una nueva televisión
La discusión en torno de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual nos ha llevado a plantearnos la problemática de los medios de comunicación y su influencia en el contexto de un país que quiere ser cada día más democrático; es decir, que intenta llevar a la práctica la pluralidad de ideas, la diversidad cultural, la participación comunitaria en la transmisión de la información, en el derecho a estar bien informado, en revalorizar y fortalecer las culturas regionales, en mejorar la distribución de la riqueza y otros temas más.
Dicha ley es el resultado de una importante participación de hombres y mujeres que han venido “militando” sobre el tema durante muchos años, pero también ha sido posible por la voluntad de un gobierno que puso punto final a tanto atropello mediático generado desde la usinas de las empresas que las constituyen.
Ahora bien, ha sido el deseo de todos (nosotros) que la información sea suministrada desde distintas miradas y que esta diversidad aparezca en las pantallas de los hogares.
La ciudadanía debe tener variedad de opciones televisivas en cuanto a entretenimiento, información y educación, tres pilares fundamentales para la existencia de la televisión. Más aún, estamos pensando en aquellas culturas, comunidades y sectores sociales que puedan ser parte de un menú de opciones que en la actualidad son sistemáticamente negadas o bien aparecen falseadas en las pantallas.
En dichas discusiones queda flotando la idea de que ante el aumento de la oferta de señales televisivas vamos a lograr una mejor televisión. Error.
Cuando se afirma lo anterior no se tiene en cuenta la forma en que dicha información va a ser transmitida, es decir, “cómo se dice” que es tan importante como el “qué se dice” y “quién lo dice”.
Las universidades y algunas organizaciones no gubernamentales están dispuestas a tener sus señales televisivas, aprovechando la incorporación de la televisión digital terrestre (TDT). La incógnita es ¿qué programación tendrán las nuevas señales? ¿Cuál será el contenido de sus programas? ¿Cómo se transmitirá la información? ¿Cuál será su propuesta artística?
Si tomáramos los tres pilares mencionados para la televisión, las críticas que ha recibido la misma son, entre otras: la escasa información que brinda y que esta información, además, es poco confiable o que tiene una carga ideológica pensada más en conservar los intereses económicos de unos pocos. Que el entretenimiento como sinónimo de esparcimiento se conforma en revolver la vida privada de artistas famosos o mediáticos de turno sin ninguna virtud artística ni profesional específica. Y que la educación es un tema de la escuela, no de la televisión.
Decía el educador brasileño Paulo Freire que toda protesta es en sí misma una propuesta. Si tomáramos este principio podríamos estar tranquilos en que todo aquello que le hemos achacado a la televisión durante tantos años podría encontrar una alternativa con el funcionamiento de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Tendríamos el puerto para soltar amarras y empezar a navegar. Sin embargo, “del dicho al hecho, hay mucho trecho”.
En los años ochenta hubo un crecimiento cuantitativo importante de radios independientes en FM. Al calor de la primavera democrática, esta explosión radial produjo un cambio significativo en cuanto a las opciones que uno tenía para escuchar y esto posibilitó algunas experiencias innovadoras provenientes de aquella joven generación que venía del underground. La radio, en democracia, habilitó un espacio de expresión y de difusión de las nuevas ideas. Otra agenda, más renovadas formas estéticas en la programación, revolucionaron el mundo radial criollo y las audiencias se mudaron a estas nuevas emisoras. Esto hizo que empresarios y empresas vieran en estos medios una nueva forma de hacer negocios. Pero también trajo consigo la compra y venta de radios y un mayor aporte económico a las tandas publicitarias. Esta situación generó una significativa merma en la creatividad y un condicionante en la libertad de expresión.
Los nuevos canales traerán un aire fresco a las pantallas, como lo hizo en su momento Canal A y, ahora, Encuentro. Será alentador que los mismos puedan ser recepcionados por mayor audiencia a través de la TDT.
Las nuevas señales, que seguramente tendrán un bajo presupuesto, enfrentarán un desafío enorme. Por un lado, propiciar originales y variadas formas de producir. Pero también tendrán que ser atractivas a las audiencias para ser verdaderas opciones televisivas de calidad. Para ello, la imaginación y la participación deberán ser la proa de cualquier iniciativa que se pretenda plural, popular y libre.
miércoles, 21 de julio de 2010
Poder político, tecnología y medios de comunicación
martes, 15 de junio de 2010
La Corte respaldó la Ley de Medios
La Corte Suprema sostuvo, con los votos de sus siete miembros, que "los jueces no pueden suspender leyes de modo general" y que "un diputado no tiene legitimación para reeditar en el poder judicial un debate que perdió en el parlamento". La Presidenta sostuvo que es un gran día para la democracia.
Marchas a favor de la Ley de Medios
jueves, 20 de mayo de 2010
Comunicación democrática para una comunidad solidaria
Astucia y perseverancia
Por Carlos Valle. (*)
Se empezaba a instalar una concepción de sociedad que prioriza el lucro, donde el interés comercial es más importante que la gente y que se es más cuanto más se tiene. Había llegado el tiempo de los técnicos y de los ejecutivos, porque había que aceptar que ellos saben cómo se manejan las empresas y cómo se obtienen resultados y, por supuesto, porque son eficientes y honrados.
Los enormes beneficios que habrían de sobrevenir a una salvaje privatización de las riquezas nacionales deslumbraron, por supuesto, al segmento de la población más pudiente y a los que ascendían vertiginosamente en la escala social mientras sembraban la pobreza y la marginación para millones. Gobiernos corruptos acompañados por empresas nacionales y trasnacionales corruptas fueron sostenidos por medios de comunicación que se esmeraron en hablar de las maravillas de un ficticio mundo que hoy vemos desmoronarse estrepitosamente, pero que se niega a reconocer la falacia de sus presupuestos.
Recordaba el pensador Paul Tillich: “La sociedad tecnológica occidental creó métodos para ajustar a las personas a sus exigencias de producción y consumo que son menos brutales, pero que, a largo plazo, son mucho más eficaces que la represión totalitaria. Ellos despersonalizan no porque exijan, sino porque ellos ofrecen, dan exactamente aquellas cosas que tornan superflua la creatividad humana”.
Para su aceptación y consolidación fue necesaria la implementación de un proceso de comunicación que permitiera conquistar sentimientos, sueños, búsquedas. Era necesario hacer creer que añejadas frustraciones pueden trastocarse en triunfos y, quienes no acompañen ese proceso, irán al fracaso. Hoy hay, como nunca antes, recursos tecnológicos y económicos para montar estos escenarios. Los tentáculos de la concentración de medios han demostrado tener la enorme capacidad de diseñar modelos de horadación de todo buen propósito cuando perciben que podría afectar sus poderes y dominio.
Los grandes medios, cuyos dueños –mayormente ocultos rostros y nombres que se mueven al ritmo de sus intereses– se escudan detrás de la defensa de la declamada independencia y libertad de la información para generar la opinión que les conviene. Todo proyecto democrático de comunicación enfrentará fuerzas que lo dejarán crecer mientras sus objetivos no interfieran con las cadenas mediáticas asentadas sobre bases comerciales. Esto ha sido evidente en la resistencia a la aprobación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en las reiteradas acusaciones sobre el fin del periodismo independiente y en el bloqueo judicial interpuesto a la puesta en marcha de la tan esperada ley por la que tantos grupos trabajaron.
La situación presente conforma un desafío para los comunicadores. Posiblemente este momento requiera que los comunicadores vuelvan a reiterar concretamente su compromiso por una comunicación que esté al servicio de la comunidad toda.
Uno de los caminos posibles para comenzar sería que los comunicadores nos dispusiéramos –donde y en la medida que corresponda– a hacer un mea culpa de las veces que callamos, por temor o por vaya saber por qué razón, y dejamos que la verdad fuera ignorada o distorsionada y que todo esto sucediera sin hacer oír nuestra voz. Al mismo tiempo, los comunicadores deberíamos aunar los esfuerzos por abrir espacios a una comunicación que proporcione el desarrollo de una comunidad solidaria, que denuncie la discriminación y la opresión y deje que los acallados sean oídos.
¿Hay alguna posibilidad de que las poderosas armas de los medios lleguen a jugar un papel integrador de la comunidad toda? El dominio de los grupos hegemónicos que hoy condenamos es un espejo de una realidad que no puede seguir repitiéndose. Hay que impedir que el Ave Fénix vuelva a renacer de sus cenizas. Para ello será necesario que la sociedad vele con astucia y perseverancia en la implementación de estructuras más democráticas y participativas.
(*) Comunicador social. Ex presidente de la Asociación Mundial para las Comunicaciones Cristianas (WACC).
jueves, 25 de febrero de 2010
Un nuevo espacio para crecer en las comunicaciones
Incorporaremos la posibilidad de acceder a capacitación e intercambio de recursos a través de este Blog, creado especialmente para acercar a quienes, desde diversos puntos del país, comparten la pasión por la comunicación y el compromiso de hacerla una herramienta útil al compartir las Buenas Nuevas de salvación en Cristo Jesús.
La comunicación: nuestra estrategia de acercamiento y visibilidad
En la actualidad, la comunicación en nuestra iglesia primordialmente gráfica, incluyendo boletines y revistas locales, ordenes de culto distribuibles, volantes ocasionales o cartelería en el edificio.
Con el creciente desarrollo de las comunicaciones virtuales de la última década, las congregaciones han comenzado también a desarrollar en distinto grado nuevas formas de acercamiento entre los miembros y de la comunidad con su entorno. Así, más del 40% de las iglesias del país utilizan la internet, sea a través de boletines electrónicos, cadenas de e-mail y en un margen bastante inferior blogs y páginas web. La organización de estos recursos también se hace posible desde las estructuras regionales o equipos de trabajo nacional, en todos los casos con dispares ritmos de actualización y mantenimiento.
Respecto a la utilización de los medios de comunicación masiva, varias congregaciones participan ocasionalmente de publicaciones gráficas de su localidad o provincia y al menos seis llevan adelante experiencias radiales en emisoras de su zona. Sobre estas experiencias compartiremos sucesivamente testimonios y el necesario aporte de herramientas específicas para cada tipo de medio utilizado.
La comunicación que tenemos
En agosto de 2009, a través de una consulta del Comité Nacional de Comunicaciones de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina se recabó información acerca del desarrollo de las comunicaciones en 63 congregaciones de todo el país.
Algunas de las principales conclusiones de la consulta fueron:
· Existe un empleo generalizado de las comunicaciones electrónicas con importante acceso material por parte de las congregaciones locales.
· Hay una considerable cantidad de miembros participando de tareas en comunicación (incluso con designación específica): el 8% de las congregaciones no tienen encargado de comunicaciones y en el 17% de ellas la tarea es llevada a cabo sólo por el Pastor.
· El 80% de los miembros designados específicamente para las comunicaciones locales no posee capacitación en comunicaciones.
· Casi el 50% de las iglesias publica un boletín o revista, mayormente de carácter mensual.
· Es baja la utilización de medios de comunicación masiva: seis congregaciones realizan programas radiales y cuatro participan de diarios o revistas.
· Los recursos para las comunicaciones (presupuesto y equipos) son en su mayoría de los miembros involucrados en la tarea.
· Los contenidos abordados en las comunicaciones locales son mayormente de interés congregacional aunque estos son distribuidos entre miembros, allegados y público en general.
· Cerca de la mitad de los encuestados que dijeron disponer de recursos para las comunicaciones, manifestaron a la vez que la dificultad en el desarrollo de las mismas es de factibilidad, es decir que faltan o no están disponibles los recursos materiales que las hagan posibles.
. Casi el 20% de las congregaciones consultadas solo utiliza volantes y/o cartelería en el edificio. El 30% de ellas tiene acceso a internet y en su mayoría cuentan con un responsable designado especialmente para la tarea.
La información recabada ha sido el insumo que el Comité Nacional de Comunicaciones ha utilizado para decidir las políticas y acciones a implementar para viabilizar las comunicaciones, con vistas al cumplimiento de los objetivos trazados por el Plan Estratégico Institucional (PEI) de nuestra Iglesia.
sábado, 13 de febrero de 2010
La comunicación en medios masivos
El término “comunicación masiva” refiere a una situación al menos contradictoria. En todo caso, y desde hace varias décadas, la existencia y desarrollo de un conjunto de herramientas técnicas permiten a personas o grupos de personas –reducidos, no siempre reconocibles- distribuir mensajes masivamente –a grandes cantidades de personas, anónimas-.
En los medios masivos de comunicación sólo hablan algunos hacia las mayorías sin posibilidades reales o efectivas de respuesta, de intercambio. En este sentido se discute si se trata de comunicación o si más bien es un fenómeno de trasmisión de información negando (por no habilitar posibilidades reales) la respuesta afirmativa, adversativa o la que abre otras maneras de interpretar el mismo hecho o estado de cosas. “Transmisión masiva” de mensajes, más que comunicación masiva.
En este punto, el de los mensajes, se abre otro gran espectro sobre el que es interesante reflexionar: ¿qué cosas se incluyen en lo que denominamos mensajes? Por caso, ¿qué mensajes emite un noticiero de actualidad? “Los hechos de la realidad”, dirá el spot de promoción del programa. Y ¿qué hay de las visiones parcializadas por cuestiones económicas, políticas o ideológicas que los noticieros proponen de la realidad?
De igual manera, ¿qué mensajes proponen las publicidades? “Información sobre un producto que satisface una necesidad humana”, dirán los más optimistas. Y ¿qué hay de los módulos ideológicos que imponen un conjunto de valores que crean necesidades y favorecen una cultura del consumo y la uniformidad de ideas a favor de intereses particulares?
A la hora de pensar la participación de una institución como nuestra iglesia en los medios masivos de comunicación –diario, radio o TV- no deben escaparse de la reflexión éstos y otros elementos que comportan un complejo fenómeno social y no solo una posibilidad técnica de comunicación.
Mencionamos más arriba la relación emisor único-receptor masivo y la problemática contenidos-intencionalidades, pero podríamos sumar aun más puntos de discusión referidos a la relación de los medios masivos con la sociedad, el poder, la cultura, la educación, la democracia, la justicia e incluso la fe.
Como iglesia el propósito de comunicar las Buenas Nuevas nos enfrenta al desafío de participar, utilizar los recursos de los medios masivos a tal fin. Las reflexiones anteriores y otras que al respecto podamos hacer, no intentan caer en la trampa de “demonizar” a los medios masivos excluyéndolos de las posibilidades para la evangelización sino más bien animarnos y sumarnos al juego de la comunicación en estos medios con una propuesta diferente: desde la pluralidad, el respeto y la inclusión, clara visión-acción que nos viene del evangelio de Cristo.
¿Qué ventajas de los medios masivos podemos como iglesia aprovechar para nuestro propósito?
¿Qué estrategias favorecerían una comunicación plural e inclusiva en los medios masivos? ¿Qué temas o visiones sobre temas podemos como cristianos poner en circulación en ellos?
¿A partir de qué recursos humanos y materiales es posible encarar un proyecto comunicativo de la iglesia en los medios masivos? ¿Cómo coordinarlos efectivamente?
¿Qué perspectivas de efectiva participación en este tipo de comunicación nos abren los medios llamados “alternativos” (periódicos o revistas barriales, radios comunitarias, etc.)?
La propuesta ahora es sumar más interrogantes y ensayar algunas “puntas de ovillo” a manera de respuestas que nos ayuden a abrir la reflexión necesaria para aquellas comunidades que ya están involucradas en proyectos comunicativos en medios masivos como para aquellas que están pensando en encararlos.