RECURSOS COMPARTIDOS PARA LAS COMUNICACIONES CRISTIANAS

La comunicación, como la fe, es el vínculo que nos atraviesa y nos transforma. Las técnicas e instrumentos hoy disponibles nos desafían a pensar cómo comunicar y comunicarnos de manera eficaz y efectiva en la certeza de que lo que buscamos transmitir es el mensaje de vida y vida en abundancia en Cristo Jesús. Compartir las experiencias de comunicación de las comunidades de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina nos ayudará a fortalecer la comunión y a animarnos a nuevos proyectos para el fiel testimonio de las Buenas Nuevas. Comunicación en medios masivos, electrónica o local serán inicialmente los ejes del intercambio que les proponemos -como Comité Nacional de Comunicaciones- entablar desde este espacio. Todos los aportes sumarán para que, a través de una comunicación renovada, ágil y con propósito, podamos ser la iglesia de Cristo comprometida con las necesidades y desafíos de este tiempo.

jueves, 25 de febrero de 2010

Un nuevo espacio para crecer en las comunicaciones


A partir del análisis y conclusiones de los resultados de la consulta sobre comunicaciones realizada en agosto pasado (ver entrada “La comunicación que tenemos”), el Comité Nacional de Comunicaciones decidió llevar adelante acciones que implican cambios para algunos medios de comunicación existentes e innovaciones respecto de otros que aun utilizamos de forma incipiente en nuestra iglesia.
Incorporaremos la posibilidad de acceder a capacitación e intercambio de recursos a través de este Blog, creado especialmente para acercar a quienes, desde diversos puntos del país, comparten la pasión por la comunicación y el compromiso de hacerla una herramienta útil al compartir las Buenas Nuevas de salvación en Cristo Jesús.

La comunicación: nuestra estrategia de acercamiento y visibilidad


Una amplia mayoría de las congregaciones de la IEMA desarrolla algún tipo de comunicación, sea como estrategia de evangelización, como herramienta para incrementar el vínculo comunitario o como medio para expresar una visión cristiana de las problemáticas de su entorno.
En la actualidad, la comunicación en nuestra iglesia primordialmente gráfica, incluyendo boletines y revistas locales, ordenes de culto distribuibles, volantes ocasionales o cartelería en el edificio.
Con el creciente desarrollo de las comunicaciones virtuales de la última década, las congregaciones han comenzado también a desarrollar en distinto grado nuevas formas de acercamiento entre los miembros y de la comunidad con su entorno. Así, más del 40% de las iglesias del país utilizan la internet, sea a través de boletines electrónicos, cadenas de e-mail y en un margen bastante inferior blogs y páginas web. La organización de estos recursos también se hace posible desde las estructuras regionales o equipos de trabajo nacional, en todos los casos con dispares ritmos de actualización y mantenimiento.
Respecto a la utilización de los medios de comunicación masiva, varias congregaciones participan ocasionalmente de publicaciones gráficas de su localidad o provincia y al menos seis llevan adelante experiencias radiales en emisoras de su zona. Sobre estas experiencias compartiremos sucesivamente testimonios y el necesario aporte de herramientas específicas para cada tipo de medio utilizado.

La comunicación que tenemos


En agosto de 2009, a través de una consulta del Comité Nacional de Comunicaciones de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina se recabó información acerca del desarrollo de las comunicaciones en 63 congregaciones de todo el país.
Algunas de las principales conclusiones de la consulta fueron:


· Existe un empleo generalizado de las comunicaciones electrónicas con importante acceso material por parte de las congregaciones locales.
· Hay una considerable cantidad de miembros participando de tareas en comunicación (incluso con designación específica): el 8% de las congregaciones no tienen encargado de comunicaciones y en el 17% de ellas la tarea es llevada a cabo sólo por el Pastor.
· El 80% de los miembros designados específicamente para las comunicaciones locales no posee capacitación en comunicaciones.
· Casi el 50% de las iglesias publica un boletín o revista, mayormente de carácter mensual.
· Es baja la utilización de medios de comunicación masiva: seis congregaciones realizan programas radiales y cuatro participan de diarios o revistas.
· Los recursos para las comunicaciones (presupuesto y equipos) son en su mayoría de los miembros involucrados en la tarea.
· Los contenidos abordados en las comunicaciones locales son mayormente de interés congregacional aunque estos son distribuidos entre miembros, allegados y público en general.
· Cerca de la mitad de los encuestados que dijeron disponer de recursos para las comunicaciones, manifestaron a la vez que la dificultad en el desarrollo de las mismas es de factibilidad, es decir que faltan o no están disponibles los recursos materiales que las hagan posibles.

. Casi el 20% de las congregaciones consultadas solo utiliza volantes y/o cartelería en el edificio. El 30% de ellas tiene acceso a internet y en su mayoría cuentan con un responsable designado especialmente para la tarea.

La información recabada ha sido el insumo que el Comité Nacional de Comunicaciones ha utilizado para decidir las políticas y acciones a implementar para viabilizar las comunicaciones, con vistas al cumplimiento de los objetivos trazados por el Plan Estratégico Institucional (PEI) de nuestra Iglesia.

sábado, 13 de febrero de 2010

La comunicación en medios masivos


El uso por parte de algunas congregaciones de medios masivos de comunicación como parte de sus estrategias para compartir el evangelio, nos motiva a abrir la reflexión sobre este tipo de comunicación en la búsqueda de intercambiar pensamientos, experiencias y herramientas que optimicen los proyectos en marcha y motiven la aparición de otros nuevos.
El término “comunicación masiva” refiere a una situación al menos contradictoria. En todo caso, y desde hace varias décadas, la existencia y desarrollo de un conjunto de herramientas técnicas permiten a personas o grupos de personas –reducidos, no siempre reconocibles- distribuir mensajes masivamente –a grandes cantidades de personas, anónimas-.
En los medios masivos de comunicación sólo hablan algunos hacia las mayorías sin posibilidades reales o efectivas de respuesta, de intercambio. En este sentido se discute si se trata de comunicación o si más bien es un fenómeno de trasmisión de información negando (por no habilitar posibilidades reales) la respuesta afirmativa, adversativa o la que abre otras maneras de interpretar el mismo hecho o estado de cosas. “Transmisión masiva” de mensajes, más que comunicación masiva.
En este punto, el de los mensajes, se abre otro gran espectro sobre el que es interesante reflexionar: ¿qué cosas se incluyen en lo que denominamos mensajes? Por caso, ¿qué mensajes emite un noticiero de actualidad? “Los hechos de la realidad”, dirá el spot de promoción del programa. Y ¿qué hay de las visiones parcializadas por cuestiones económicas, políticas o ideológicas que los noticieros proponen de la realidad?
De igual manera, ¿qué mensajes proponen las publicidades? “Información sobre un producto que satisface una necesidad humana”, dirán los más optimistas. Y ¿qué hay de los módulos ideológicos que imponen un conjunto de valores que crean necesidades y favorecen una cultura del consumo y la uniformidad de ideas a favor de intereses particulares?
A la hora de pensar la participación de una institución como nuestra iglesia en los medios masivos de comunicación –diario, radio o TV- no deben escaparse de la reflexión éstos y otros elementos que comportan un complejo fenómeno social y no solo una posibilidad técnica de comunicación.
Mencionamos más arriba la relación emisor único-receptor masivo y la problemática contenidos-intencionalidades, pero podríamos sumar aun más puntos de discusión referidos a la relación de los medios masivos con la sociedad, el poder, la cultura, la educación, la democracia, la justicia e incluso la fe.
Como iglesia el propósito de comunicar las Buenas Nuevas nos enfrenta al desafío de participar, utilizar los recursos de los medios masivos a tal fin. Las reflexiones anteriores y otras que al respecto podamos hacer, no intentan caer en la trampa de “demonizar” a los medios masivos excluyéndolos de las posibilidades para la evangelización sino más bien animarnos y sumarnos al juego de la comunicación en estos medios con una propuesta diferente: desde la pluralidad, el respeto y la inclusión, clara visión-acción que nos viene del evangelio de Cristo.
¿Qué ventajas de los medios masivos podemos como iglesia aprovechar para nuestro propósito?
¿Qué estrategias favorecerían una comunicación plural e inclusiva en los medios masivos? ¿Qué temas o visiones sobre temas podemos como cristianos poner en circulación en ellos?
¿A partir de qué recursos humanos y materiales es posible encarar un proyecto comunicativo de la iglesia en los medios masivos? ¿Cómo coordinarlos efectivamente?
¿Qué perspectivas de efectiva participación en este tipo de comunicación nos abren los medios llamados “alternativos” (periódicos o revistas barriales, radios comunitarias, etc.)?
La propuesta ahora es sumar más interrogantes y ensayar algunas “puntas de ovillo” a manera de respuestas que nos ayuden a abrir la reflexión necesaria para aquellas comunidades que ya están involucradas en proyectos comunicativos en medios masivos como para aquellas que están pensando en encararlos.