RECURSOS COMPARTIDOS PARA LAS COMUNICACIONES CRISTIANAS

La comunicación, como la fe, es el vínculo que nos atraviesa y nos transforma. Las técnicas e instrumentos hoy disponibles nos desafían a pensar cómo comunicar y comunicarnos de manera eficaz y efectiva en la certeza de que lo que buscamos transmitir es el mensaje de vida y vida en abundancia en Cristo Jesús. Compartir las experiencias de comunicación de las comunidades de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina nos ayudará a fortalecer la comunión y a animarnos a nuevos proyectos para el fiel testimonio de las Buenas Nuevas. Comunicación en medios masivos, electrónica o local serán inicialmente los ejes del intercambio que les proponemos -como Comité Nacional de Comunicaciones- entablar desde este espacio. Todos los aportes sumarán para que, a través de una comunicación renovada, ágil y con propósito, podamos ser la iglesia de Cristo comprometida con las necesidades y desafíos de este tiempo.

martes, 3 de mayo de 2011

La trama oculta de los medios



"El ciudadano" cumple 70 años
Por Carlos A. Valle.


Estados Unidos, 1938. Un programa radial lanza una alarmante noticia para provocar el pánico de los oyentes: se ha producido una invasión de extraterrestres con fines de dominación y destrucción. El dramatismo de la presentación induce a que muchos tomen la información como fidedigna, lo que provoca un gran revuelo.
Con el tiempo, el repetido recuerdo del relato fue aumentando las dimensiones de su impacto y los hechos pasados adquirieron cierta trascendencia épica. De todas maneras, ese programa llegó a ser uno de los ejemplos clásicos sobre el poder de los medios, entre otras cosas, para inducir reacciones de temor y ansiedad sobre la seguridad.
Orson Welles, con sus escasos 25 años, no era inocente al producir ese programa radial basado en la obra de H.G.Wells, “La guerra de los mundos”. Pero no era menos inocente al dedicarse a la realización de una obra fílmica que crearía una polémica mediática que llegó a ser un ejemplo claro sobre el poder de los medios y sobre la lucha mediática.
Al cumplirse los 70 años del estreno de “El Ciudadano” (Citizen Kane, 1941) es valioso recordar los sucesos que giraron alrededor de la producción y estreno de esta película que, por mucho tiempo, figuró entre los mejores filmes de toda la historia. Actualmente, a partir de nuevas propuestas de comunicación audiovisual, su destacado sitial comenzó a ser cuestionado tal como lo hace David Thomas en la prestigiosa publicación Sight and Sound (Enero, 2011)
La historia del magnate de la prensa escrita tenía en el filme demasiadas aristas que lo vinculaban con el, en aquel entonces, potentado William Randolph Hearst. Se comentó mucho en esa época que estaba en total desacuerdo con la idea de la película, pero lo que le provocaba mayor irritación era la repetición en el filme de la misteriosa palabra, “Rosebud”, porque se dice que Hearst la usaba para referirse a partes íntimas de su amante.
Welles intentó, en un momento, desvincular su historia de la vida real y de cualquier referencia a Hearst, aunque en otros momentos lo dio claramente a entender. Barbara Leaming en su biografía de Welles, con quien se entrevistó innumerables veces, reconoce los vaivenes de las declaraciones de Welles según se tratara de elogiarse o de evadir la incriminación de los abogados de Hearst.
Hearst (1863-1951) inicia su camino en los medios, luego de sus frustrados estudios, dirigiendo en San Francisco un periódico que había adquirido su padre. La innovación que impuso en la publicación, como la fotografía y el gran titular, le dio un muy buen resultado. Además, añadió un contenido sensacionalista. Se recuerda el impulso que le dio a la guerra de Estados Unidos con España por el territorio cubano. La impronta que produjo en los diversos medios en los que incursionó marcó un tipo particular de comunicación masiva que fue adoptada en muchas partes del mundo.
Pretendió ser elegido gobernador del estado de Nueva York y luego alcalde, pero fue en vano. Nos obstante, ostentaba ya un gran imperio que en su máximo esplendor, a mediados de los años treinta, contaba con 28 diarios y 18 revistas. Pero entre la Gran Depresión -que evaporó enormes fortunas- y el rechazo a sus convicciones políticas le provocaron un fuerte aislamiento que deterioró gravemente su dominio.
En el momento en que Welles produce su filme, Hearst está experimentando su declinación pero aún conserva una fuerte influencia en los medios. Antes de su estreno el filme, en una edición no definitiva es ofrecido a un grupo de periodistas entre los que se filtra Hedda Hopper, una columinista de chimentos, que anuncia después de su proyección que el filme “era un despiadado e irresponsable ataque a un gran hombre”. Enseguida se produce la reacción tratando de impedir el estreno del filme. Prontamente se hacen llegar amenazas a varios de los magnates de la industria cinematográfica con el mensaje: “El Señor Hearst dice que si ustedes muchachos quieren vidas privadas, les daré vidas privadas.”
Juicios, declaraciones, desmentidas, miedos a represalias, crean una atmósfera que logra detener el estreno del filme y se opta por presentarlo en áreas no tan afines a los tentáculos de Hearst. Una vez más, aquí los hechos alrededor del filme crean una atmósfera publicitaria muy atrayente para los medios. El mismo Welles siempre mostró una preferencia por cierto lado sensacionalista de su trabajo.
Con el tiempo, el filme fue acumulando un creciente reconocimiento por su propio valor cinematográfico más allá de los acontecimientos que lo acompañaron. Dejando de lado una apreciación sobre la obra misma, es importante rescatar como una propuesta, en buena medida independiente, produce un serio choque contra la estructura rígida de los medios. Aquí nos encontramos con un medio enfrentado a otro medio y produciendo un estremecimiento en su misma estructura. Es como si una fisura en su sólido orden sacara a la luz las ocultas redes de la manipulación comunicativa.
El temor que busca desatar Hearst a los magnates de la industria cinematográfica desnuda la intima relación entre quienes conducen los medios y la orientación de los mismos. La publicidad que Welles buscó con cierto descaro llevó a que se desatara una reacción en cadena cuyos alcances los mismos medios irían diluyendo con el tiempo, reduciendo lo sucedido a un episodio ocasional, pintoresco, sin mayor trascendencia. Se dirá: fue un filme, un buen filme, pero no ha afectado la estructura mediática que se repuso pronto de este pequeño incidente. De todas maneras tampoco puede obviarse el hecho de que “El ciudadano” también llegó a constituirse en un claro ejemplo de los vericuetos y debilidades de los mismos medios, aunque no siempre se intenta mirarlo desde esta perspectiva.
Una descripción crítica de un magnate de los medios, cuya semejanza con el real Hearst era difícil de negar, abre la caja de Pandora de todo lo que se oculta de los medios mismos. La actual concentración mediática de dimensiones globales en todas las áreas ha desarrollado nuevas y más sofisticadas maneras de solidificar un imperio que ha aprendido a no caer en la debilidad de la crítica que abre flancos en la ciudadela propia.
En la presente discusión sobre la propiedad de los medios de comunicación, de la búsqueda de una estructura de medios que permita dar voz a los acallados, limitar el poder de los dueños de multimedios, lo sucedido hace setenta años sigue proveyendo una importante mirada para comprender algunos de los desafíos presentes.

Fuente: Agencia de Noticias Prensa Ecuménica

viernes, 3 de septiembre de 2010

Almagro en debate: "Medios de comunicación y democracia"

La Iglesia Evangélica Metodista en Almagro invita a la charla debate "Medios de comunicación y democracia" a realizarse el próximo viernes 17 de septiembre en el marco del ciclo "Charlas de actualidad" pensado como un servicio de la Iglesia para la reflexión crítica con una perspectiva cristiana de las problemáticas que nos afectan como ciudadanos y ciudadanas.


Participarán como invitados, Glenn Postolski (Director de la carrera de Ciencias de la Comunicación social, UBA; participante de la redacción de los 21 puntos base de la actual Ley de Medios), Pastor Carlos Valle (integrante del Comité Nacional de Comunicaciones de la Iglesia Metodista, ex presidente de la Asociación Mundial para las Comunicaciones Cristianas) y Tato Contissa (periodista y docente). Modera Julio Moyano (docente de grado y posgrado UBA, UNLa y UCES).

miércoles, 1 de septiembre de 2010

El desafío de crear una web de la congregación

Compartimos el testimonio de la Iglesia Metodista en Lomas Centro, Buenos Aires. El hermano Walter Zambrano de 74 años, actual Vicepresidente de la Junta Directiva, cuenta cómo se decidieron a crear su propia web y el compromiso de mantener el ministerio de las comunicaciones como una herramienta más de la misión de la iglesia.

Queridos hermanos:

Soy un cristiano metodista de toda la vida, empecé en la iglesia de Barracas en la calle Vieytes, que luego se unió con la presbiteriana y fuimos a la calle Santo Domingo. Cuando esa iglesia se vendió, nos desparramamos por varios lados, algunos dejaron la fe. Ya casado y con familia, alejado de la iglesia, tuve la visita de hermanos de la iglesia de Lanús Este, a 1 cuadra de mi casa. Empecé a asistir de compromiso, luego fue mi familia y más tarde mi hermana con su esposo. Después de muchos años, recalamos en Lomas de Zamora Centro. Al año ya estaba en la junta, y con algunas vacaciones, hasta el día de hoy.

Hemos abierto el templo días por la tarde, reuniones especiales, reparto sistemático de folletos, etc. Todo lo que sabíamos y podíamos usar para llevar la palabra de Dios a otras personas. Unos 6 años atrás apareció la idea de la página web ¿Pero quién la hacía? Pasaron los años pero los intentos de iniciar la página no se concretaban; hasta que un día en una reunión familiar, mi nieta, en ese entonces de 18 años, ningún acercamiento con la iglesia, me dijo que podía tratar. Con los conocimientos y la facilidad que tienen los jóvenes de manejar la computadora, y los que adquirió investigando y aprendiendo a usar los programas necesarios, empezó los primeros borradores. El pastor Pablo Andinach nos hizo la bienvenida para el inicio. Fuimos decidiendo qué secciones agregarle a la página, buscando el material para poner en cada una, y el sitio empezó a tomar forma. En la Semana Santa de este año la subimos a Internet, comunicando a hermanos, parientes, conocidos, la modestia de la página.

Todavía le seguimos dando forma (tenemos huecos sin llenar). Nuestra congregación tiene mucha gente mayor, que no posee computadora, o que desconoce por completo del tema. Por eso el grupo de trabajo, lo formamos mi hija Sandra, mi nieta Nadin y yo. Nos comunicamos toda novedad y resolvemos cómo comunicarla en la página, asistimos (todos) al culto y reuniones, donde sacamos fotos y realizamos pequeñas crónicas para compartir con nuestros lectores, etc. Intentamos actualizarla al menos una vez por semana, lo que implica tiempo y fundamentalmente el deseo de llevar a cabo algo en lo que muchos soñamos.

El mayor obstáculo fue encontrar quién la hiciera, lograr el interés de la junta en algo que era desconocido para muchos; pero que sentíamos podía llegar a ser un nuevo medio para compartir la palabra del Señor. Y también nuestra propia ignorancia sobre el tema, pero que fue superada con estudio y buena voluntad.


Estamos gozosos de hacerla, llegamos a gente que no asiste a la iglesia, nos visitaron más de 600 personas en un poco más de 4 meses. Recibimos e-mails de gente que nos conoce y gente que no: gente católica que quiere casarse, una señora que su tatarabuela fue fundadora de la iglesia, saludos, y por qué no alguna felicitación. Todos los mensajes son leídos a la congregación durante el culto del domingo, para hacerle llegar los comentarios a las personas que como ya dijimos, no pueden o no saben cómo entrar al sitio. Recién empieza y ya produce frutos.

Para los que desean hacer una, les decimos no arruguen ante los contratiempos, las posteriores alegrías son mucho más importantes.


Bendiciones para todos.

Walter Zambrano
74 años
Vicepresidente
Junta Directiva de Lomas Centro

miércoles, 11 de agosto de 2010

Televisión más popular, plural y libre



El diario Página 12, publicó el 11 de agosto un interesante aporte para continuar con la discusión acerca de la construcción de la realidad mediática a partir de la nueva Ley nacional.





Hacia una nueva televisión



A partir de los desarrollos que puede generar la aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, Daniel Fabián plantea la necesidad de pensar lineamientos para otro modelo de televisión que, con calidad, responda a criterios plurales, populares y libres.

La discusión en torno de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual nos ha llevado a plantearnos la problemática de los medios de comunicación y su influencia en el contexto de un país que quiere ser cada día más democrático; es decir, que intenta llevar a la práctica la pluralidad de ideas, la diversidad cultural, la participación comunitaria en la transmisión de la información, en el derecho a estar bien informado, en revalorizar y fortalecer las culturas regionales, en mejorar la distribución de la riqueza y otros temas más.
Dicha ley es el resultado de una importante participación de hombres y mujeres que han venido “militando” sobre el tema durante muchos años, pero también ha sido posible por la voluntad de un gobierno que puso punto final a tanto atropello mediático generado desde la usinas de las empresas que las constituyen.
Ahora bien, ha sido el deseo de todos (nosotros) que la información sea suministrada desde distintas miradas y que esta diversidad aparezca en las pantallas de los hogares.
La ciudadanía debe tener variedad de opciones televisivas en cuanto a entretenimiento, información y educación, tres pilares fundamentales para la existencia de la televisión. Más aún, estamos pensando en aquellas culturas, comunidades y sectores sociales que puedan ser parte de un menú de opciones que en la actualidad son sistemáticamente negadas o bien aparecen falseadas en las pantallas.
En dichas discusiones queda flotando la idea de que ante el aumento de la oferta de señales televisivas vamos a lograr una mejor televisión. Error.
Cuando se afirma lo anterior no se tiene en cuenta la forma en que dicha información va a ser transmitida, es decir, “cómo se dice” que es tan importante como el “qué se dice” y “quién lo dice”.
Las universidades y algunas organizaciones no gubernamentales están dispuestas a tener sus señales televisivas, aprovechando la incorporación de la televisión digital terrestre (TDT). La incógnita es ¿qué programación tendrán las nuevas señales? ¿Cuál será el contenido de sus programas? ¿Cómo se transmitirá la información? ¿Cuál será su propuesta artística?
Si tomáramos los tres pilares mencionados para la televisión, las críticas que ha recibido la misma son, entre otras: la escasa información que brinda y que esta información, además, es poco confiable o que tiene una carga ideológica pensada más en conservar los intereses económicos de unos pocos. Que el entretenimiento como sinónimo de esparcimiento se conforma en revolver la vida privada de artistas famosos o mediáticos de turno sin ninguna virtud artística ni profesional específica. Y que la educación es un tema de la escuela, no de la televisión.
Decía el educador brasileño Paulo Freire que toda protesta es en sí misma una propuesta. Si tomáramos este principio podríamos estar tranquilos en que todo aquello que le hemos achacado a la televisión durante tantos años podría encontrar una alternativa con el funcionamiento de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Tendríamos el puerto para soltar amarras y empezar a navegar. Sin embargo, “del dicho al hecho, hay mucho trecho”.
En los años ochenta hubo un crecimiento cuantitativo importante de radios independientes en FM. Al calor de la primavera democrática, esta explosión radial produjo un cambio significativo en cuanto a las opciones que uno tenía para escuchar y esto posibilitó algunas experiencias innovadoras provenientes de aquella joven generación que venía del underground. La radio, en democracia, habilitó un espacio de expresión y de difusión de las nuevas ideas. Otra agenda, más renovadas formas estéticas en la programación, revolucionaron el mundo radial criollo y las audiencias se mudaron a estas nuevas emisoras. Esto hizo que empresarios y empresas vieran en estos medios una nueva forma de hacer negocios. Pero también trajo consigo la compra y venta de radios y un mayor aporte económico a las tandas publicitarias. Esta situación generó una significativa merma en la creatividad y un condicionante en la libertad de expresión.
Los nuevos canales traerán un aire fresco a las pantallas, como lo hizo en su momento Canal A y, ahora, Encuentro. Será alentador que los mismos puedan ser recepcionados por mayor audiencia a través de la TDT.
Las nuevas señales, que seguramente tendrán un bajo presupuesto, enfrentarán un desafío enorme. Por un lado, propiciar originales y variadas formas de producir. Pero también tendrán que ser atractivas a las audiencias para ser verdaderas opciones televisivas de calidad. Para ello, la imaginación y la participación deberán ser la proa de cualquier iniciativa que se pretenda plural, popular y libre.
Por Daniel Fabián, Docente de la Facultad de Bellas Artes-UNLP.

miércoles, 21 de julio de 2010

Poder político, tecnología y medios de comunicación


Por Carlos A. Valle.


La actual crisis mundial que está afectando a millones de personas, muestra una fuerte erosión del sistema político, social y económico imperante, que como el ave Fénix está procurando renacer de sus propias cenizas.

Una de las claves para entender el gigantesco avance del capitalismo global es comprender el papel que han jugado y siguen jugando las nuevas tecnologías como herramientas esenciales para su desarrollo. La revolución tecnológica se originó y difundió en un período histórico de reestructuración global del capitalismo.

El incesante y creciente desarrollo de las nuevas tecnologías se ha ido introduciendo en nuestra infraestructura social de la mano de grandes corporaciones internacionales.

1. Basta recordar que la internacionalización del comercio, la concentración de empresas y capitales que se ha acelerado a partir de la década de 1980, ha contado con el indispensable aporte del desarrollo de los sistemas de transporte y de las tecnologías de comunicación. La concentración de los mercados tiene su fuerte correlato en la concentración de la propiedad de los medios en el ámbito global. En la actualidad se pueden mencionar no más de diez enormes conglomerados propietarios de los medios, producto de la fusión de varias empresas por cifras multimillonarias. De manera que el mercado internacional de películas, programas de televisión, música, libros, videos, DVD, etc., está dominado en un 90 por cierto por estas compañías.

2. Se ha argumentado si los objetos técnicos tienen cualidades políticas. Porque pareciera ser que lo importante no es tanto la tecnología en sí misma como el sistema económico y social en el cual la tecnología está inmersa. Los objetos tecnológicos no carecen de importancia porque la tecnología llega s ser una forma de construir orden. Es así que, por medio de sus estructuras tecnológicas, las sociedades determinan, en gran parte, cómo han de trabajar las personas que integran cada sociedad, cómo se han comunicar y viajar, etcétera.

3. Lewis Mumford creía que en la historia de Occidente existen dos tradiciones respecto de la tecnología, una autoritaria y otra democrática. La experiencia demuestra que cuanto más una sociedad se basa en un sofisticado sistema tecnológico más tiende a funcionar con un sistema de control altamente jerárquico. Este control, ¿es necesariamente inherente a la tecnología? La respuesta más frecuente es que así “tiene que ser” porque no se puede dejar el control de la tecnología en manos inexpertas. De esta manera se argumenta, por ejemplo, en el mundo de la economía. Uno está sujeto a “las leyes del mercado”. Estas “leyes”, que parecen haber caído del cielo, son las que determinan las acciones sin ninguna consideración sobre su incidencia en la vida de la gente.

4. Pero lo cierto es que la economía misma no es una ciencia natural y los grandes cambios tecnológicos no tienen su origen y desarrollo en una esfera neutral, porque los basamentos de la sociedad provienen de decisiones políticas. Por eso Landgon Winner concluye que: Es característico de sociedades basadas en grandes sistemas tecnológicos complejos que las razones morales que no sean de necesidad práctica son consideradas mayormente obsoletas, “idealistas” e irrelevantes. Cualquier reclamo que uno quisiera hacer en nombre de la libertad, la justicia, o la igualdad puede ser inmediatamente neutralizada si se lo confronta con argumentos como: ‘Bien, pero esa no es la manera para hacer funcionar un ferrocarril’ (o una laminadora de acero, o una aerolínea, o un sistema de comunicación, y así por el estilo)... En muchos casos, decir que algunas tecnologías son intrínsecamente políticas es decir que ciertas muy aceptadas razones de necesidad práctica –especialmente la necesidad de mantener sistemas tecnológicos críticos como entidades trabajando sin problemas- ha tendido a eclipsar otras clases de razonamiento moral y político.

5. ¿Hasta dónde la dignidad del ser humano está en juego en este diabólico juego en el que las reglas están establecidas de antemano y se han tornado inamovibles? ¿Hasta qué punto nuestras sociedades han sucumbido al deslumbramiento de la tecnología, se han dejado llevar por un determinismo científico y han permitido que sus vidas sean decididas en nombre de la cambiante tecnología? Y, al mismo tiempo ¿hasta qué punto la tecnología ha sido una valiosa excusa para consumar el dominio y ejercer el poder sobre la gran mayoría? Por un lado, la tecnología se democratiza, posibilita el acceso a la comunicación a millones, provee la creación de un sinnúmero de redes solidarias, permite compartir la información a grupos de base de las más remotas partes del mundo permitiendo que la voz de muchos pueda ser oída. Pero, por otro lado, el acceso a la tecnología está inserto en la creciente brecha entre ricos y pobres.

6. La expansión de este sistema económico tiene efectos directos en el desarrollo de la democracia y en la naturaleza de la comunicación que en ella se ejerce. En consecuencia, el respeto por la dignidad de las personas se ve crecientemente afectado. Es cada vez mayor el número de decisiones que unos pocos toman en nombre de todos, bajo la aparente participación de la gente. Las elecciones, por ejemplo, se están convirtiendo cada vez más en un proceso mediático. Los candidatos venden su imagen y hay “especialistas” que organizan la promoción y la venta de esa imagen en cualquier parte del mundo. El mundo asiste a la proliferación de puestas en escena colmadas de mentiras con las que los candidatos buscan conquistar a su audiencia. Nada está ausente, ni el peinado, ni la ropa, ni la sonrisa medida o la promesa esperada.

7. Los medios comerciales de comunicación están provocando, al menos, tres efectos principales. En primer lugar, tienden a reforzar la despolitización de la gente. Como alguna vez lo indicó G. Gerbner, los conglomerados de medios “no tienen nada para decir, pero mucho para vender”. En segundo lugar, tienden a desmoralizar a la población convenciéndola de que es vana toda esperanza de cambio y que sólo resta aceptar la realidad tal cual es. El tercer efecto es la producción de realidades paradójicas. Por un lado, se verifica un mayor y creciente acceso a la recepción de medios y, al mismo tiempo, los medios están cada vez en menos manos. El papel que juegan las corporaciones globales aumenta en todas las esferas de la vida, mientras que el papel de los estados nacionales es cada vez más irrelevante. Se exalta la importancia de la libertad de expresión en la vida de la sociedad –aunque con variadas interpretaciones sobre su significado- simultáneamente, se acentúan el control y la censura.

8. Aquí debemos señalar que el papel del Estado ya sea deteniendo, propulsando o dirigiendo la innovación tecnológica es un factor decisivo en todo esto. Por eso, en buena medida, la tecnología expresa la capacidad de una sociedad para propulsar hasta el dominio tecnológico mediante las instituciones de la sociedad, incluido el Estado. Es importante entender que la revolución tecnológica fue una herramienta esencial en el capitalismo global Es importante recordar que la revolución tecnológica fue una herramienta esencial para la reestructuración global del capitalismo.

9. El mundo tecnológico está inmerso en las profundas aguas de un complejo mar de fuerzas económicas, políticas y sociales que determinan muchas de las corrientes que arrastran su evolución y que afectan las posibilidades del desarrollo de la vida humana y su dignidad. Por ese motivo, es imposible aislar el significado de la tecnología del contexto en que se desarrolla. Por el contrario, hay una cierta retroalimentación entre los procesos económicos, políticos y sociales y el desarrollo de ciertas áreas de la tecnología. Dada la complejidad del mundo tecnológico, es conveniente comenzar por establecer un encuadre que permitirá poner en evidencia los paradójicos desafíos que se ciernen sobre el futuro de la humanidad y la preservación de la dignidad de las personas. Recordaba A. Piscitelli que “La historia del impacto social de la tecnología muestra la conexión existente entre un tipo determinado de tecnología y una forma específica de sociedad. Ni toda tecnología sirve a cualquier sociedad, ni toda sociedad puede absorber cualquier tipo de tecnología. En tanto el factor tecnológico es la variable instrumental, y dado que las máquinas son incapaces, aún, de dictar los ideales sociales, cabe exclusivamente al cuerpo social determinar los modelos de convivencia que se desean alcanzar.”

10. ¿Qué hay detrás de este enorme despliegue de recursos y este incesante desarrollo de la ciencia y la tecnología para servir al complejo económico y político? La respuesta más evidente es el afianzamiento del poder. Ya hace mucho, Paul Tillich recordaba que: “La sociedad tecnológica occidental creó métodos para ajustar a las personas a sus exigencias de producción y consumo que son menos brutales, pero que, a largo plazo, son mucho más eficaces que la represión totalitaria. Ellos despersonalizan no porque exijan, sino porque ellos ofrecen, dan exactamente aquellas cosas que tornan superflua la creatividad humana.”

Fuente: Enfoque de ALC

martes, 15 de junio de 2010

La Corte respaldó la Ley de Medios




Por unanimidad el máximo tribunal confirmó la plena vigencia de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.



La Corte Suprema sostuvo, con los votos de sus siete miembros, que "los jueces no pueden suspender leyes de modo general" y que "un diputado no tiene legitimación para reeditar en el poder judicial un debate que perdió en el parlamento". La Presidenta sostuvo que es un gran día para la democracia.



Marchas a favor de la Ley de Medios


La Suprema Corte de Justicia respaldó por unanimidad la vigencia de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, aprobada por amplia mayoría del Congreso y trabada por diversos recursos judiciales interpuestos por sectores de la oposición y empresarios mediáticos, cuyos intereses se ven perjudicados por la norma. Por su parte, la presidenta, Cristina Fernández, sostuvo que la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual va a “democratiza los medios de comunicación y el acceso a la palabra”, a pocos minutos del fallo de la Corte que dispuso la vigencia de la norma. “Hoy se ha logrado el sistema judicial haga honor a su propia funcional”, sostuvo y dijo estar “contenta” porque “muchos partidos políticos trabajaron arduamente en la modificación de la ley”.


El Gobierno nacional había presentado un recurso extraordinario a la Corte Suprema tras la medida cautelar de la justicia mendocina que suspendió la aplicación de la ley. En su dictamen, el procurador general, Esteban Righi, se había pronunciado a favor de la nueva ley de Medios y pidió la revocación de la medida dispuesta por la Cámara Federal de Mendoza al considerar "inadmisible que un tribunal dicte una decisión suspensiva de una ley con efectos generales".


La nueva Ley de Radiodifusión aprobada en octubre del año pasado tiene como objetivos terminar con los monopolios en radio y televisión y darle participación en el espectro radiofónico a entidades sin fines de lucro, entidades con fines de lucro y al Estado Nacional.




La resolución


La sentencia fue dictada en la causa “Thomas, Enrique c/ Estado Nacional s/ amparo” y el voto de la mayoria constituída por los Dres Lorenzetti, Highton, Fayt, Zaffaroni, Maqueda, se basa en los siguientes argumentos, según el Centro de Información Judicial:


I)“Que la cuestión sometida a la consideración de esta Corte no se relaciona con la valoración constitucional del contenido de la ley 26.522, sino con la validez de una medida cautelar que suspende la totalidad de sus efectos con fundamento en presuntas irregularidades en el tramite parlamentario”(consid. Segundo). Una vez delimitado el objeto a decidir, se señala que, tratándose de una medida cautelar, se abre el recurso porque, en este caso existe gravedad institucional, “en la medida en que trasciende el mero interés de las partes para comprometer el sistema de control de constitucionalidad y el principio de división de poderes previsto en la Constitución Nacional”. Una vez admitido el recurso, se evalúa si el reclamante puede hacer el reclamo en su condición de ciudadano y de diputado, con los siguientes argumentos:


II) Para cuestionar una ley invocando la calidad de ciudadano debe demostrarse un perjuicio diferenciado: el reclamante invoca su calidad de ciudadano, pero la Corte se basa en una línea de precedentes propios que dicen que para recurrir a la justicia debe demostrarse la existencia de un caso, es decir, que siempre se debe probar que existe un interés concreto, ya que el Poder Judicial no hace el control de legalidad de las leyes de manera abstracta. De la demanda no surge una afectación diferenciada del actor y se rechaza la legitimación en esta calidad. Se afirma que el actor no puede invocar una situación diferente respecto de los demás ciudadanos. Admitir la legitimación en un grado que la identifique con el “generalizado interés de todos los ciudadanos en ejercicio de los poderes de gobierno…”, “…deformaría las atribuciones del Poder Judicial ….y lo expondría a la imputación de ejercer el gobierno por medio de medidas cautelares”.


III). Un diputado no tiene legitimación para reeditar en el poder judicial un debate que perdió en el parlamento. El diputado Enrique Thomas reclamó en su carácter de miembro integrante de la Cámara de Diputados de la Nación, y pero se rechazó esa posibilidad invocando numerosos precedentes anteriores. La Corte dice que el diputado nacional fue electo para representar a los ciudadanos en el ámbito del Poder Legislativo, pero no puede ir a la justicia cuando lo que trae a consideración es la reedición de un debate que se ha perdido en el seno del Poder Legislativo por el juego de las mayorías y minorías respectivas. Por el contrario, dicha legitimación podría eventualmente resultar admisible cuando se trata de la afectación de un interés concreto y directo a su respecto. En este caso no están en discusión los derechos, inmunidades y prerrogativas que le asisten a Thomas en su condición de legislador, ni está demostrado que el demandante fue inequívocamente privado de ejercer las atribuciones que le asisten como legislador. Por otra parte, si se hiciera lugar a lo que pide el actor, quien no actúa en representación de la Cámara, se arribaría, como se dijo, al irrazonable resultado de extender una medida judicial a sujetos que no sólo no la han solicitado sino que, incluso, podrían no compartirla. Una vez señalado que no hay legitimación, la Corte evalúa también la medida cautelar adoptada por los jueces con los siguientes argumentos.


IV) Una cautelar que suspende la vigencia de toda una ley con efectos generales para toda la población, es incompatible con el control concreto de constitucionalidad de las leyes, la división de poderes y la razonabilidad. En relación al control de constitucionalidad, la Corte dice que, en el derecho constitucional comparado hay un modelo que permite que un único tribunal centralizado declare la inconstitucionalidad de una norma de modo abstracto y con efectos generales, pero no es el que rige en nuestro pais, donde la declaración de inconstitucionalidad de una ley la puede hacer cualquier juez pero con efectos exclusivamente aplicables al caso. No es posible combinar ambos modelos “simplemente porque la dispersión de una potestad contralegislativa de semejante magnitud es inimaginable, dado que abriría el camino hacia la anarquía poniendo en peligro la vigencia de todas las leyes”. Por lo tanto, si una sentencia de fondo sólo se aplica al caso, no puede una medida cautelar tener efectos generales y “ese poder no lo confiere la Constitución Nacional a ningún juez ni tribunal de la Nación…”.


La medida cautelar tampoco respeta el criterio de razonabilidad. Los jueces deben valorar de forma equilibrada los hechos del caso, así como las normas y principios jurídicos en juego, y resolver las tensiones entre ellos mediante una ponderación adecuada que logre obtener una realización lo más completa posible de las reglas y principios fundamentales del derecho en el grado y jerarquía en que éstos son valorados por el ordenamiento jurídico.


En este sentido, la Cámara “debió haber considerado que una cautelar que suspende la vigencia de toda la ley 26.522 con efecto erga omnes, tiene una significativa incidencia sobre el principio constitucional de division de poderes por lo que su procedencia, según se expresó anteriomente, debe ser evaluada con criterios especialmente estrictos que la cámara no aplicó”.


La Dra Argibay suscribe un voto propio, concurrente y con argumentos similares a la mayoría. Concluye sosteniendo que, “en síntesis, entiendo que debe rechazarse la legitimación activa del Diputado Nacional Thomas en tanto en su demanda pretende obtener la derogación de una ley, medida que, en principio, no se encuentra comprendida entre los remedios que los tribunales nacionales pueden otorgar como reparación por la violación de derechos individuales…”.


El Dr Petracchi también suscribe un voto propio y concurrente con iguales argumentos, señalando la ausencia de legitimación del reclamante y la falta de razonabilidad de la medida. La decisión final declara admisible el recurso extraordinario y revoca la medida cautelar cuestionada.

jueves, 20 de mayo de 2010

Comunicación democrática para una comunidad solidaria

En un artículo publicado por el Diario Página 12 el pasado 19 de mayo, el Pastor y Comunicador metodista Carlos Valle aborda lo imprescindible de una reflexión acerca del rol de los comunicadores en la construcción de una sociedad más democrática y participativa.

Astucia y perseverancia

Por Carlos Valle. (*)

La década de 1990 fue en América latina una etapa de consolidación de profundos cambios en su vida institucional. Los reiterados mensajes buscaban demoler el lugar que debía ocupar el Estado en toda sociedad que procurara desarrollarse democráticamente. Junto a la descalificación del Estado estaba la descalificación de los políticos y, por ende, de la misma política.
Se empezaba a instalar una concepción de sociedad que prioriza el lucro, donde el interés comercial es más importante que la gente y que se es más cuanto más se tiene. Había llegado el tiempo de los técnicos y de los ejecutivos, porque había que aceptar que ellos saben cómo se manejan las empresas y cómo se obtienen resultados y, por supuesto, porque son eficientes y honrados.
Los enormes beneficios que habrían de sobrevenir a una salvaje privatización de las riquezas nacionales deslumbraron, por supuesto, al segmento de la población más pudiente y a los que ascendían vertiginosamente en la escala social mientras sembraban la pobreza y la marginación para millones. Gobiernos corruptos acompañados por empresas nacionales y trasnacionales corruptas fueron sostenidos por medios de comunicación que se esmeraron en hablar de las maravillas de un ficticio mundo que hoy vemos desmoronarse estrepitosamente, pero que se niega a reconocer la falacia de sus presupuestos.
Recordaba el pensador Paul Tillich: “La sociedad tecnológica occidental creó métodos para ajustar a las personas a sus exigencias de producción y consumo que son menos brutales, pero que, a largo plazo, son mucho más eficaces que la represión totalitaria. Ellos despersonalizan no porque exijan, sino porque ellos ofrecen, dan exactamente aquellas cosas que tornan superflua la creatividad humana”.
Para su aceptación y consolidación fue necesaria la implementación de un proceso de comunicación que permitiera conquistar sentimientos, sueños, búsquedas. Era necesario hacer creer que añejadas frustraciones pueden trastocarse en triunfos y, quienes no acompañen ese proceso, irán al fracaso. Hoy hay, como nunca antes, recursos tecnológicos y económicos para montar estos escenarios. Los tentáculos de la concentración de medios han demostrado tener la enorme capacidad de diseñar modelos de horadación de todo buen propósito cuando perciben que podría afectar sus poderes y dominio.
Los grandes medios, cuyos dueños –mayormente ocultos rostros y nombres que se mueven al ritmo de sus intereses– se escudan detrás de la defensa de la declamada independencia y libertad de la información para generar la opinión que les conviene. Todo proyecto democrático de comunicación enfrentará fuerzas que lo dejarán crecer mientras sus objetivos no interfieran con las cadenas mediáticas asentadas sobre bases comerciales. Esto ha sido evidente en la resistencia a la aprobación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en las reiteradas acusaciones sobre el fin del periodismo independiente y en el bloqueo judicial interpuesto a la puesta en marcha de la tan esperada ley por la que tantos grupos trabajaron.
La situación presente conforma un desafío para los comunicadores. Posiblemente este momento requiera que los comunicadores vuelvan a reiterar concretamente su compromiso por una comunicación que esté al servicio de la comunidad toda.
Uno de los caminos posibles para comenzar sería que los comunicadores nos dispusiéramos –donde y en la medida que corresponda– a hacer un mea culpa de las veces que callamos, por temor o por vaya saber por qué razón, y dejamos que la verdad fuera ignorada o distorsionada y que todo esto sucediera sin hacer oír nuestra voz. Al mismo tiempo, los comunicadores deberíamos aunar los esfuerzos por abrir espacios a una comunicación que proporcione el desarrollo de una comunidad solidaria, que denuncie la discriminación y la opresión y deje que los acallados sean oídos.
¿Hay alguna posibilidad de que las poderosas armas de los medios lleguen a jugar un papel integrador de la comunidad toda? El dominio de los grupos hegemónicos que hoy condenamos es un espejo de una realidad que no puede seguir repitiéndose. Hay que impedir que el Ave Fénix vuelva a renacer de sus cenizas. Para ello será necesario que la sociedad vele con astucia y perseverancia en la implementación de estructuras más democráticas y participativas.

(*) Comunicador social. Ex presidente de la Asociación Mundial para las Comunicaciones Cristianas (WACC).